El Cabo Suceso Terrero y la defensa del blocao de Dar Hamed (13 a 16 de septiembre de 1921).

 

13 de septiembre. Las fuerzas de la Legión que defendían el blocao de Dar Hamed recibieron la orden de ser relevadas para incorporarse inmediatamente a su Bandera. La fuerza de relevo era una sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla al mando del teniente D. José Fernández Ferrer.

14 de septiembre. Se consiguió realizar el relevo en las primeras horas de la mañana, con enorme dificultadpor estar la posición sometida a un continuo e intenso fuego enemigo.

El blocao, durante todo ese día y la noche siguiente, fue atacado por los rifeños. Los defensores sufrieron las primeras bajas, entre ellas la del teniente que continuó manteniendo su autoridad al frente del destacamento.

15 de septiembre. Hacia las tres de la tarde. Al amanecer cesó el fuego, retirándose los cabileños. Pero hacia las tres de la tarde volvió el enemigo a atacar el blocao.

La aplastante superioridad numérica de los rifeños y las muchas bajas que ya le habían causado a la reducida guarnición, impulsan al teniente Fernández Ferrer a pedir auxilio a través del heliógrafo y desplazando un soldado hasta la “Segunda Caseta” guarnecida por legionarios, para hacerles saber la angustiosa situación en que se encontraban.

A las cinco de la tarde. El teniente de infantería D. Eduardo Agulla Jiménez-Coronado que manda las fuerzas de la Legión, destacadas en el Atalayón, pide permiso para acudir con sus hombres en auxilio de los defensores del blocao de Dar Hamed. El mando no se lo permite, pues su presencia y la de su fuerza son muy necesarias en la posición que ocupa;  sí se le autoriza para que envíe en auxilio del blocao de Dar Hamed un pelotón al mando de un legionario de primera clase.

El teniente Agulla elige a 15 legionarios de segunda que pone bajo el mando del legionario de primera—que ya venía desempeñando funciones de cabo—Suceso Terrero López.

Hacia las 21 horas. Suceso Terrero y su pelotón, ya atardecido, llegan al blocao, encontrándolo totalmente cercado por el enemigo, que al darse cuenta de su presencia, los ataca con furia. El pelotón logra alcanzar las alambradas donde caen heridos de gravedad dos legionarios, que son inmediatamente recogidos e introducidos en la posición. Ocupan los legionarios sus puestos junto a los pocos soldados de la Brigada Disciplinaria que aún quedaban ilesos, y nada mas cerrar la noche arrecia el enemigo la intensidad del fuego, no sólo ya de fusil sino también de cañón.

Un disparo mortal alcanza al teniente Fernández Ferrer. Le sucede como jefe del destacamento el suboficial D. Aquilino Cadarso, segundo jefe de la sección que, herido en la cara, sigue en su puesto.

Sobre las 23 horas. Un cañonazo, destruye un ángulo del blocao y mata al suboficial Cadarso y a los soldados y legionarios que allí estaban. Queda entonces al mando de la reducida guarnición el cabo Sergio Vergara, también del “Disciplinario”, y también herido desde la tarde anterior.

16 de septiembre de 1921. Hacia la 1 de la mañana. Muere alcanzado de nuevo por el fuego enemigo el cabo Sergio Vergara. Fallecidos todos sus superiores, queda el blocao de Dar Hamed al mando del Legionario de Primera Suceso Terrero López en funciones de cabo. El enemigo, muy superior en número, ataca con fiereza a los ya muy escasos defensores de la posición, pues la mayoría ya ha muerto o se encuentran gravemente heridos. A pesar de todo, el cabo Terrero López, con la autoridad que siempre da  la decisión inteligente, el arrojo y la entrega personal, logra mantener la posición que está a su cargo.

Sobre las dos de la madrugada. En vista de la ya muy menguada capacidad de ataque y defensa de la posición a su cargo, el cabo Terrero López ordena al legionario Ernesto Miralles Borrás y al soldado disciplinario Marcelino Mediel Casanova, buenos conocedores del terreno y duchos en la orientación nocturna, que abandonen el blocao y, rompiendo el cerco, por distintos itinerarios intenten alcanzar la “Segunda Caseta” guarnecida por tropas propias y den cuenta al mando de la desesperada situación en que se encuentra.

Hacia las tres y media de la madrugada. El enemigo logra acercar una pieza de artillería a unos cien metros del blocao, la dispara y Dar Hamed queda sembrado de muerte y destrucción. A continuación sucede el asalto enemigo que tiene que rematar a los defensores que, aun  heridos, se obstinan en oponer resistencia. El blocao de Dar Hamed, ya conocido con el sobrenombre de “el Malo”, pasó a llamarse: “El blocao de la Muerte”.

Las ocho y media de la mañana. La petición de auxilio llegó a su destino y, al mando del sargento Ruperto Valle Donaire,  una pequeña fuerza legionaria de socorro llega hasta el blocao, abandonado ya por los moros, y allí entre los escombros encuentran los cadáveres de todos sus defensores.

Parte de defunción del Cabo Suceso Terrero