Baste saber que fue la enseñanza que previenen los reglamentos, dada intensamente, trabajando del amanecer al anochecer, yendo al tiro desde el primer día, haciendo marchas en igual forma y practicando el servicio de campaña, tan fácil de sentir en aquellos lugares. Copiamos de los reglamentos extranjeros el sistema de comenzar apenas conocidos los elementos importantes de la instrucción, practicando ejercicios de la unidad superior, Bandera que es análoga a Batallón. Con ello se preparaban con urgencia para estar dispuestos a salir a operaciones en caso preciso, al mismo tiempo que la oficialidad se enlazaba entre sí en el mando de combate.

Tal entusiasmo reinó siempre, que la 9ª de ametralladoras, como no llegaba su material de guerra, lo simuló con sacos de arena y armatostes de madera para no retrasarse en el adiestramiento de sus hombres. ¡Era muy gracioso ver al Capitán Alonso, el de Buharrat, mandando hacer fuego a sus ametralladoras de palo! De todos modos, ninguna compañía de ametralladoras tardó más de quince días en dar parte de "Listos para salir en caso de apuro".

(José Millán Astray)