Es la hija predilecta de la disciplina. Renunciamiento de la voluntad, duro tormento para el espíritu que es la libertad, pero que al provenir de la disciplina se purifica, convirtiéndose en placer cuando la obediencia es debida y bien mandada. Obediencia sin límites en lo marcial. ¿Hasta dónde llegarán tus raíces en aquellos que una sola mirada, un gesto envía a la muerte cierta e inevitable?

¡ Blanes y Zayas, glorioso legionario granadino, mártir de ella en Casabona, cuando con tus tres compañeros dejas tu resguardo y te lanzas a recoger legionarios en la zona de la muerte, en donde todos caían para no levantarse. Allá fuiste por el mandato de una mirada !.

"¡ Sargento Teba, tú, en Anvar, al oír a tu Jefe que faltaba el botiquín que había quedado fuera de la alambrada, te lanzas sin temor al peligro y subes afanosamente la cuesta de maldición, con tu carga salvadora !."

¡Cuántos!, ¡Todos!. ¡Obedecen hasta morir!. ¡Oh, gloriosa Legión!